Una bebida como la mimosa está indisolublemente unida a un momento del día como el brunch. La receta del cóctel mimosa es muy sencilla pero te sorprenderá, si aún no la has probado, como unos pocos ingredientes logran una resultado tan delicioso. Existen diferentes variedades, pero en esta ocasión de indicamos cómo realizar la preparación tradicional. No dejes de leer si quieres alegrar las mañanas de domingo.
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¿Cuál es el orden del cóctel mimosa?
Como en el origen de todos los cócteles mundialmente famosos, encontramos diversas versiones. La primera referencia indica que este cóctel se creó iniciada la década de los años ’20 del siglo pasado en el Buck’s Club de Londres, según relata el portal Food and Wines. En este bar hacían una bebida llamada Buck’s fizz en la que se mezclaba zumo de naranja, champagne y una gran cantidad de vino blanco. Sin embargo, la mimosa que se popularizó en todo el mundo fue la del Hotel Ritz de París, por el bartender Franck Meier, que mezcló a partes iguales zumo de naranja y champagne.
¿Por qué este cóctel se llama mimosa?
El cóctel mimosa toma su nombre de las flores del mismo nombre, de intenso color amarillo y naturales del sur de Francia. La historia cuenta que en un primer momento la bebida mimosa recibió el nombre de Champagne Orange y se popularizó en las primeras décadas del siglo pasado en la alta sociedad y la realeza en Europa. Hoy se ha convertido en una tradición a la hora del brunch, la comida que Reino Unido y Estados Unidos se realiza entre el desayuno y el almuerzo.
Ingredientes para el cóctel mimosa
Champagne o cava
Zumo de naranja
Preparación del cóctel de mimosa para el brunch
Verás que la receta de este cóctel mimosa es extremadamente sencilla. En primer lugar debemos exprimir las naranjas. Puedes utilizar zumo industrial, pero tendrá un mejor sabor si utilizas el zumo de la frutas recién exprimido. Una vez tengamos el zumo, dejamos enfriar bien en la nevera y, pasado este tiempo, colocamos el zumo hasta la mitad de una copa flauta (las típicas para servir cava) y, complementamos la otra mitad con champagne, cava o, en su defecto, vino blanco espumoso. Y ya tenemos la deliciosa bebida mimosa lista para el brunch.