La cuna de Moisés, también conocida como lirio de la paz, se encuentra entre las plantas que purifican el aire, otra de sus bondades es que crea una sensación fresca durante las altas temperaturas y es muy codiciada pues se dice que atrae buena fortuna a quien la posee. En el lado estético, resulta ideal para decorar interiores, pues tanto sus flores y hojas, le dan un toque elegante a los hogares. Esta planta pertenece a la familia Araceae y podemos encontrarlas desde Centroamérica y Sudamérica hasta el sureste asiático. Seguid leyendo si queréis saber todo sobre este ejemplar.
¿Dónde colocar la cuna de Moisés según el Feng Shui?
La cuna de Moisés debe colocarse en la entrada principal de una casa, de esta manera limpiará la energía de las personas que entren y regulará el flujo de la circulación de las vibras positivas. Otros sitios donde puedes colocarla es en los pasillos, cerca del comedor, en tu habitación o en la de tus hijos. Sus flores blancas la relacionan con la inocencia y la pureza, también representa la paz, lo que hará que nuestro cuerpo, mente y hogar estén en perfecto equilibrio. Además de que está ligada a otras virtudes como la esperanza, la prosperidad y hasta la sanación. Contar con una de estas plantas te ayudará a relajarte, meditar y hasta dormir mejor; uno de sus puntos negativos es que puede resultar tóxica para perros y gatos.
Cuidados de la Cuna de Moisés
Se caracterizan por tener unas hojas grandes que alcanzan entre los 12 y 65 centímetros de largo, de las que sobresale un tallo donde retoña una flor de color blanco, amarillo o verde. Según Plantify, estos son sus cuidados:
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- Iluminación: Contrario a lo que pueda pensarse, el lirio de la paz necesita recibir mucha luz, pero no de manera directa. El sol en exceso quemará sus hojas y no le permitirá florecer. Por otro lado, una deficiencia de luz tampoco la dejará echar flores. Hay que colocarla cerca de una ventana o frente a un espejo.
- Riego: Su tierra debe estar húmeda, pero no hay que dejarla totalmente seca. Durante la primavera se puede regar hasta 3 veces por semana, en el invierno hay que reducir este número. Y en los días de temperatura estable, puedes regarla 2 veces a la semana. También debes saber que un exceso de humedad la puede pudrir y hacerla propensa a hongos.
- Sustrato y maceta: La combinación ideal para este ejemplar es tierra para macetas, turba, corteza y arena de grano grueso. Esta mezcla le da a la tierra un buen nivel de acidez y permitirá un buen drenaje. En cuanto a la maceta, hay que colocarla sobre un platón amplio y un tanto hondo para que el agua salga sin problemas. Hay que trasplantarla una vez al año o conforme crezca.
- Temperatura: Al ser un ejemplar tropical, prefiere los ambientes entre los 15 y los 25ºC, por lo tanto, es recomendable tenerla como planta de interior.
- Abono: Lo ideal es abonarla al inicio de la primavera, porque en esta época necesita más nutrientes.
- Plagas y enfermedades: Entre las plagas que pueden hacer sufrir a esta planta, están la araña roja, los pulgones y los ácaros. Todos estos insectos se alimentan de la savia de sus hojas y la debilitarán mucho, impidiéndole crecer y, por supuesto, florecer. Para eliminarlos, elige un insecticida con ingredientes orgánicos y sigue las instrucciones del empaque para aplicarlo.
Por otro lado, hay que limpiar sus hojas constantemente, de esta manera crecerá mejor y aumentarán sus posibilidades de florecer. También hay que podar las hojas que tengan las hojas amarillas o con la punta café, hay que hacerlo con tijeras de jardinería desinfectadas con alcohol, deja unos 2 cm de raíz. Recuerda que su época de floración es durante la primavera y el verano. Si sus raíces comienzan a ponerse fibrosas y su tierra se compacta, es momento de trasplantarla, pero ten cuidado porque sus raíces son muy delicadas.