La lavanda es una planta que simboliza el Mediterráneo, con sus flores moradas y su encantador aroma. Se adapta bien a diferentes climas y condiciones del suelo. Su presencia en el jardín la hace decorativa y agradable, pero también puedes disfrutar de la lavanda en una maceta que puedes colocar en tu balcón o terraza. Aquí te contamos cómo debes cuidarla.
¿Cómo cultivar lavanda?
La principal temporada de siembra de lavanda es de abril a junio e incluso julio. Si tienes semillas, puede cultivar lavanda en un invernadero o en una maceta cercana a una ventana en febrero. En abril o mayo, siembra plantas jóvenes de lavanda en un lugar cálido y soleado. Esta planta requiere suelos casi estériles, arenosos y calcáreos que sean pobres en materia orgánica. Es importante para la planta que la tierra del jardín o de la maceta permita pasar el agua, pues la lavanda no tolera en absoluto el encharcamiento.
Menos riego es mejor que más riego. Si el suelo está demasiado húmedo, agrega arena y grava al suelo al plantar. Si es necesario, agrega grava o piedras a la superficie del suelo alrededor de la planta para retener el calor y proteger la lavanda del viento. Si el pH del suelo es inferior a 6, el suelo es demasiado ácido. Los niveles del suelo se pueden verificar con tiras de pH, que se pueden encontrar en farmacias, tiendas de jardinería o incluso tiendas de mascotas. Si el suelo es demasiado ácido, se puede agregar cal de jardín o polvo de roca.
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Cuidados básicos de la lavanda
Temporada de floración
La lavanda suele florecer de mayo a septiembre. Desde la primavera hasta el otoño, la lavanda colorea el jardín con un mar de flores moradas que las abejas y los abejorros adoran visitar.
Riego
La lavanda se debe regar poco. El lema es "menos es más". En verano es suficiente regar una o dos veces por semana, dependiendo de la temperatura. En invierno, una vez cada 7 a 10 días es suficiente. La lavanda prefiere buscar agua con sus raíces en lugar de sumergirse. Puedes poner piedras alrededor de los arbustos para mantener la tierra húmeda.
Abono
Lo mejor es fertilizar la lavanda una vez al comienzo de la temporada de primavera, lo recomendable para esto es el abono vegetal casero, pues la lavanda no es muy tolerante con los fertilizantes químicos y el nitrógeno que se encuentra en ellos. Si crees que no estás obteniendo suficientes flores, puedes agregar aditivos con hierro y otros a minerales al agua que son aptos para la producción orgánica.
Poda
Dependiendo de la variedad, la poda se realiza desde finales de agosto hasta finales de septiembre para mantenerla compacta y que no se marchite. Si se te pasa esta época, puedes reducir la lavanda en primavera, pero solo debes de cortar las puntas de los brotes unos centímetros.
Sigue estos consejos para cuidar tu lavanda para poder extraer su aceite esencial. Además, esta planta es muy buena para decorar por sus bellas flores y su inconfundible aroma. Descubre también cómo hacer florecer tu árbol de jade.