La cebolla es uno de los ingredientes más básicos de cualquier gastronomía del mundo. Ya sea cocido, frito, crudo, al vapor, asado o caramelizado, este alimento constituye la base de muchos platos y se puede conseguir en buen estado a lo largo de casi todo el año. Pero además de aportar mucho sabor a las comidas puede tener otros usos.
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Este bulbo de sabor tan único también se suele utilizar en preparaciones caseras expectorantes. Además de aportarnos vitaminas y minerales a través de la ingesta para fortalecer el sistema inmunológico, favorece la reducción de los niveles de colesterol. Pero la cebolla también tiene su efecto positivo en las plantas.
Para preparar un fertilizante casero y efectivo para las plantas de tu jardín necesitas una taza de piel de cebolla y un litro de agua con dos días de reposo (mejor si puedes acumular la de lluvia). Elaborar este producto, que dará nutrientes a tus ejemplares vegetales para que puedan crecer más rápido y florecer, es muy sencillo.
Lo primero que debes hacer es mezclar en un recipiente el agua de dos días de reposo y las pieles o cáscaras de cebolla. En el caso de que no dispongas de esta parte del alimento, puedes trocear pedazos de su pulpa, también servirá. Luego tapa herméticamente y deja reposar la preparación en un lugar fresco y oscuro entre 4 y 6 días.
Transcurrido ese periodo de tiempo puedes colar, colocar el fertilizante en un recipiente con pulverizador y rociar tus plantas para que crezcan con vitaminas y nutrientes. Repite una vez por semana para mejores resultados y aplica en cualquier ejemplar de tu jardín. La cebolla tiene propiedades antibacterianas y antifúngicas, por lo cual se transforma en un ingrediente muy útil para aplicar en los suelos y superficies de plantaciones.