No es una tarea doméstica muy común y creemos que pocos la deben hacer con la frecuencia que requiere. Pero, por si no lo sabías, lavar tus almohadas debería ser una prioridad cada vez que cambies las sábanas de tu cama y esto se debe a que estas son una fuente de acumular bacterias, hongos y ácaros, las cuales producen algunas alergias; considerando aún más que pasas muchas horas con tu cabeza sobre ellas. Por eso, a continuación, te contamos cómo lavar tus almohadas según el material y sin estropearlo.
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Lo más importante de todo es leer la etiqueta y estar atento a la información sobre el producto. Hay materiales que, directamente, no son aptos para ningún tipo de lavado, mientras que otras almohadas lo aceptan, pero hay que seguir una serie de instrucciones muy específicas. Además del factor temperatura, hay especialistas que no recomiendan utilizar suavizante en ningún caso.
Almohadas de viscoelástica
Este es el mejor ejemplo de que existen algunos modelos que no se pueden lavar y es que el material de estas almohadas puede perder las propiedades si se hace. Solo si es necesario (una gran mancha, por ejemplo) puedes hacer un pequeño lavado a mano. Enjuaga con agua y jabón suave, aclarando muy bien y dejando secar siempre al aire libre. Como lavar una almohada viscoelástica no es recomendable, cobra especial importancia el papel de las fundas. Si es posible se recomienda que la funda sea doble y que el exterior tenga cremallera.
Almohadas de látex
Si no sabes cómo lavar almohadas de látex, a no ser que el fabricante lo indique de manera específica, optar por lavarlas a mano. Emplea siempre agua fría y un poco de detergente suave. Sumerge la almohada, evita frotar y los remojos prolongados. Después se recomienda a la hora de secar una almohada de látex hacerlo al aire libre y, aunque te sorprenda, a la sombra.
Almohadas de plumas
Considera que las de plumas naturales no se recomienda lavarlas. Por el contrario, las almohadas de plumas sintéticas son casi las únicas que permiten el lavado a máquina. Utiliza programas delicados que, en principio, no deberían superar los 40 grados y centrifuga a bajas revoluciones. Mete algunas pelotas de tenis envueltas en calcetines en la lavadora. Suena sorprendente, pero sirven para sacudir las plumas a lo largo del lavado. Sécalas al aire libre y removiendo las plumas para que no se apelmacen.