A la hora de comprar e invertir en un perfume, es necesario tener en cuenta qué evaluar para determinar su falsedad u originalidad. Para saber qué estamos pagando y llevándonos a casa, una de las claves es chequear que la duración en la piel sea persistente (ya que puede ser pura agua) y que no se sienta el olor a alcohol por encima de todo (etanol industrial o de baja pureza como disolvente).
Te podría interesar
Según indicaciones de la STANPA (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), otra de las claves para identificar un perfume falso es la cánula: el tubo por el cual debe salir la fragancia al presionar el pulverizador. En las copias de originales, este objeto suele ser más largo y grueso. También suele quedar doblado o con una mala terminación dentro del frasco, que es notablemente visible.
Etiquetado, envoltorio y frasco
La etiqueta del producto también es una de las claves. En un perfume falso es muy común no encontrar el listado de ingredientes utilizados, ni el número de lote o código de barras. La información de su elaboración es incompleta o inexistente. Lo mismo sucede con el packaging, donde el material es de mala calidad (cartón), susceptible a romperse, doblarse o rasgarse. Suele tener desprolijidades o imprecisiones en su diseño.
Otra de las claves para identificar fragancias que se venden como originales pero son copias es la espuma. Cuando se agita el frasco, es importante revisar que no se acumulen burbujas que perduren. Los productos que no son falsos no tienen la presencia de este elemento, aparecen por un momento y luego se dispersan.
El plástico con el cual se embala la fragancia y el frasco que la contiene, son otras claves para identificar la falsedad en los productos. Respecto del primero, suelen tener terminaciones desprolijas, arrugadas, irregulares, fáciles de rasgar con la fricción. En cuanto al recipiente del perfume, las juntas del cristal pueden verse grotescamente, su acabado está lejos de ser de diseño y prolijo.