A continuación te vamos a contar en dónde no es recomendable aplicar la lejía para limpiar. Por ejemplo en la madera, ya sea una mesa de comedor o un piso, esta superficie va a absorber cualquier blanqueador debido a su naturaleza porosa. Esto puede resultar en que podría deformarse o decolorarse, por eso en estos casos lo ideal es usar algún producto diseñado específicamente para dicha superficie.
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Tampoco es recomendable que la apliquemos sobre el acero inoxidable, ya que es corrosiva para el metal y seguramente su aplicación le cause un importante desgaste. Dicha corrosión ocurre cuando el cromo y el cobre reaccionan con el producto, por eso debe emplearse un limpiador o pulidor de metales específico.
También es muy importante que la evitemos en mesadas de granito o mármol. Si bien parecen muy resistentes, son de piedra y porosas como la madera. Por lo tanto, su aplicación puede originarles manchas y dejarlas opacas y descoloridas. Si no quieres arruinarlas utiliza un limpiador doméstico general o alguno recomendado por el fabricante.
Ojo con el celular. Tampoco es recomendable que lo limpies con lejía ya que podría dañar la capa protectora de la pantalla o el equipo si ingresa por una alguna abertura. El celular puede limpiarse con alcohol o toallitas desinfectantes, para cuidar sus partes más sensibles.
Algo muy importante y ya no relacionado a las superficies es que su ingesta por más que sea en una pequeña cantidad, puede poner en peligro la vida así que no es recomendable limpiar con lejía ningún producto para mascotas. Los juguetes, los recipientes de comida y las bandejas sanitarias se pueden limpiar con agua y detergente para platos. Tampoco debe usarse para desinfectar los juguetes de los más chicos de la casa, ya que no es fácil enjuagarla al 100% y el riesgo de que se ingiera es muy alto. Mejor usá jabón blanco o detergente en poca cantidad y agua tibia.