El agua con gas es una bebida que resulta de la mezcla de agua con anhídrido carbónico, un gas incoloro e inoloro que le concede al agua las burbujas tan características de esta bebida sana y refrescante con la que combatir el calor de este verano.
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Tiene muchos beneficios, según la Organización de Consumidores y Usuarios, representa el 4% de las ventas. Esta bebida estimula el apetito y favorece la digestión, entre otros beneficios, pero de igual modo, también tiene ciertos contras, que hace que no sea el agua más deseada entre los consumidores. Conozcamos más beneficios del agua con gas.
Saciedad. Al beber agua con gas, el pH ácido del estómago convierte el anhidrido en dióxido de carbono, por lo que se genera presión en el estómago que produce sensación de ansiedad, calmando y ayudando a controlar el apetito.
Digestión. La combinación del ácido carbónico con el pH ya ácido del estómago, aumenta la segregación de jugos gástricos y así se ayuda a digerir las proteínas de los alimentos, por lo que también, facilita la digestión. Por ello, también se puede emplear en la elaboración de alimentos infantiles, ya que se emplea en estos casos agua de mineralización débil o muy débil.
Hidratación. Hidrata igual que el agua normal. Pero lo ideal es combinar ambas bebidas, ya que el agua con gas, no sustituye el agua normal.
No engorda. El gas de esta agua, no es el gas de los refrescos y no tiene relación con la ingesta calórica. Ningún agua aporta calorías, por lo que no afecta al peso. Pero en el caso del agua con gas, tiene propiedades diuréticas o laxantes, por lo que es preferible consumir aguas con bajos contenidos de sodio.
Si es cierto que el consumo de agua con gas está contraindicado en algunas situaciones: personas con hipertensión renal crónica, hipertensión arterial, cirrosis hepática o insuficiencia cardiaca.