La filosofía del Feng Shui establece que los objetos y el material con el que están hechos influyen en las energías de los espacios. Para esta disposición milenaria hay que organizar todo de forma que se persiga la prosperidad y la abundancia en el sitio. La cocina es un lugar muy especial del hogar y está dominada por el fuego.
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El fuego en el Feng Shui, en referencia a la cocina, hace alusión a la idea de que desde este espacio del hogar se genera abundancia: la limpieza, cocción e ingesta de alimentos es lo que “nutre” a los huéspedes de la casa y le da vida al hogar principalmente. Es por eso que según esta filosofía, la estufa debe ir en un sitio muy particular para cuidar las energías.
Según el Feng Shui, la estufa es el artefacto que transforma los alimentos y por lo tanto genera abundancia. Es por eso que se tiene que colocar en un sitio “seguro” para cuidar las energías del espacio y de los habitantes del hogar. La boca de fuego no debe estar ubicada frente a la puerta de entrada de la cocina.
Colocar la estufa en ese sitio solo hará que se atraigan las energías de traición al hogar y los habitantes. La persona que cocina en esa habitación no debe tener su espalda frente a la puerta de la cocina. Por el contrario, el artefacto se debe colocar de forma que quien prepare los alimentos pueda ver quien ingresa al lugar.
En el caso de que no se disponga de facilidades para cambiar la disposición de los objetos dentro del espacio, se puede ubicar la estufa de forma que la persona que cocina vea “de costado” hacia la puerta de entrada, pero jamás que dé su espalda. Otra solución es colocar un espejo en la pared que permita ver hacia atrás.