Cuando se coge un yogur de la nevera lo primero que se hace es mirar la fecha de caducidad, si se ve que está caducado, seguramente se tire a la basura porque se piensa que ya no es apto para su consumo. Pero muchas veces, la gran mayoría principalmente, no reparan en la fecha de consumo preferente. Esto llega a provocar que una persona deseche una media de 128 kilos de comida al año por el desconocimiento de la vida real de un alimento.
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Conocer la diferencia entre la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente puede hacer que una persona desperdicie menos alimentos. Es más, muchas empresas ya no colocan la fecha de caducidad en sus productos, sino que la han cambiado por la fecha de consumo preferente. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la fecha de caducidad se indica en los productos que son perecederos como carnes, pescados crudos o frescos. Verduras, frutas, leches pasteurizadas, los quesos. Estos alimentos no se deben consumir pasada la fecha de caducidad por riesgo microbiológico o intoxicaciones alimentarias.
Todos estos productos que llevan la fecha de caducidad (día-mes-año) llevan además etiquetas de las condiciones en las que deben conservarse para un consumo seguro y saludable. Consumirlos fuera de la fecha indicada puede ser potencialmente peligroso para la salud.
Por otro lado, la fecha de consumo preferente o duración mínima de un alimento es la fecha hasta la cual es el producto mantiene todas sus propiedades nutricionales, siempre y cuando se haya almacenado en las condiciones indicadas. Pasada esa fecha, se pueden consumir, pero pueden perder algunas de sus propiedades organolépticas como sabor, aroma o textura sin suponer un riesgo para la salud.
La fecha de consumo preferente se aplica a productos más duraderos y estables como aceite, legumbres, cereales, lo alimentos enlatados o enfrascados como el atún, las cremas, purés y sopas deshidratadas. Si se pasa la fecha de consumo preferente dos o tres días, todavía se puede consumir ese alimento si se ha conservado refrigerado.
También existen los alimentos que no llevan ni fecha de caducidad ni fecha de consumo preferente. Alimentos que no caducan nunca como los os vinos, vinagres y demás bebidas alcohólicas hechas a base de uva, las bebidas con graduación superior a 10º, el arroz, la harina de maíz y la pasta, el azúcar y la miel, el café instantáneo, el extracto de vainilla, la sal, el chocolate negro puro y el chicle y productos similares.
Tampoco están obligados a llevar fecha de caducidad o fecha de consumo preferente en las frutas y las hortalizas, ya que es fácil determinar e identificar cuándo están en mal estado. En el caso de los yogures, la OCU ha asegurado que, en caso de ingerirse una vez superados los días tras el fin de su fecha de consumo preferente, no provocaría riesgo para la salud.