“Pues el invierno y el verano, en Madrid solo son buenos, desde la cuna a Madrid, y desde Madrid al cielo”. Este famoso refrán ‘Baile del invierno y del verano’, de Luis Quiñones de Benavente, parece ser el origen del popular lema de la capital: “de Madrid al cielo”. Sea o no esta su creación, lo cierto es que si no existiera alguien lo hubiera inventado. Las terrazas de la ciudad nos ofrecen una forma maravillosa de describir una de las ciudades más imponentes de Europa. Te proponemos solo algunos ejemplos.
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Comenzamos por una de las más nuevas de Madrid, abrió sus puertas en agosto de 2019. Bajo el nombre de Rooftop Bar 360º, situada en la planta 27 del hotel cinco estrellas Riu Plaza España. Destaca su pasarela de cristal que congrega al día a decenas de personas. Para visitar esta terraza debemos pagar 5 euros de lunes a viernes hasta las 17 horas, mientras que ver el atardecer o disfrutar de la noche nos costará 10 euros. El fin de semana la entrada general es de 10 euros.
Ginkgo Restaurante & Sky Bar. En esta terraza, también a unos metros de Plaza de España, encontramos un excelente espacio donde contemplar Madrid desde el cielo y tenemos la opción de comer o cenar en el restaurante de cocina asiática, española y con toques internacionales. El acceso a esta terraza tiene un coste 3 euros de lunes a viernes y 6 euros los fines de semana.
Círculo Bellas Artes. La azotea del Círculo de Bellas Artes también nos ofrece una espectacular vista de Madrid. Situada cerca de la plaza Cibeles, esta terraza se encuentra a 56 metros de altura sobre la calle Alcalá. Podemos contemplar desde aquí desde la Sierra de Guadarrama al norte hasta el Cerro de los Ángeles al sur. También cuenta con restaurante y la entrada general de lunes a domingo es de 5 euros. Para desempleados, los martes de 11 a 14 horas la entrada es libre.
La terraza de Óscar, de la cadena hotelera Room Mate. En este caso nos encontramos en pleno barrio de Chueca, donde también podemos disfrutar de las vistas panorámicas de Madrid. Un espacio ideal para el atardecer, con camas balinesas, tumbonas chaise longue y una gran barra de cócteles.