El delivery es una de las costumbres más usuales de las personas. No existe viernes o sábado en la noche en que no prefiramos llamar con el móvil al delivery y solicitar una deliciosa pizza con excesos de queso. Tan solo de pensar en esa muzzarella chorreando dentro de la caja se nos hace agua la boca, es casi cultural.
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Ahora bien, de pronto notamos que hay un pequeño círculo de plástico en el medio de nuestra pizza y ya lo vemos como parte del paisaje, como algo intrascendente lo cual ni cuestionamos ni queremos saber porqué está allí. Solo queremos atacar esa increíble y jugosa pizza. Lo más normal es simplemente coger este circulito y tirarlo a la basura o en el mejor de los casos entregárselo a los niños para que jueguen un poco con él.
Dicho círculo fue patentado en los años 80 en Nueva York, muchos creían que el mismo era procedente de Italia donde la pizza es parte fundamental de la cultura, pero no fue así. Carmen Vitale realizó la patente en Long Island, Nueva York de este artículo en 1983 y se aprobó en 1985 y fue todo un éxito. En 1993 la patente se liberó por falta de pago.
Aunque no lo creas, este pequeño y aparentemente insignificante circulito plástico es quien garantiza que el estado de tu pizza sea el óptimo. La pizza cuando se vende mediante delivery debe ser transportada en las famosas cajas de madera cuadrada.
El problema se presenta cuando es entregada junto a otras pizzas y las cajas que quedan abajo del resto corren el riesgo de ser aplastadas. Aquí es donde entra la tarea del famoso círculo, que la caja no se hunda y contacte con tu jugoso queso y de este modo no se vea arruinada tu pizza. Así que ya lo sabes, valora mucho tu pequeño círculo de la pizza porque es pieza fundamental para el excelente sabor de ella.