El crudismo o raw food como se conoce en inglés, es una tendencia alimentaria que está en de moda por los buscadores de superalimento. En el mundo se ha puesto en auge ingerir alimentos y bebidas que cuenten con vitaminas y nutrientes necesarios para llevar una vida saludable.
Estos superalimento pueden ser desde vegetales hasta especies y por supuesto todo lo derivada de los animales. En el caso de los que practican crudismo, consiste en ingerir alimentos crudos, en su estado natural y sin ningún tipo de tratamiento.
Las personas “crudistas” aseguran que el comer estos alimentos en su estado natural es mucho más saludable por la cantidad de nutrientes y enzimas que posee. Por otro lado, los nutricionistas creen que los alimentos sin una buena cocción puede desembocar en problemas para la salud porque pueden estar contaminados por bacterias.
Hace algunos años, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) constato que desde los años 50 se ha permitido en España la venta directa al consumidor de leche cruda cumpliendo unas determinadas condiciones sanitarias establecidas en diferentes normativas y que afecta a los animales, las explotaciones de procedencia, los establecimientos lácteos y la propia leche. Este dato es uno de los tantos argumentos que esgrimen los practicantes del crudismo.
Es más, estas personas recurren a datos palpables para influir sobre las ventajas del crudismo. Uno de ellos es que granjas españolas venden leche cruda a granel recién salida de la vaca sin pasteurizar. Una vez ordeñan las vacas, se deposita en un tanque para que se enfríe y posteriormente se traslada a máquinas expendedoras para que sean los propios vecinos quien se sirva.