Una gran cantidad de las recetas de Gastrolab España incluyen el paso “salpimenta”, que consiste en añadir sal y pimienta al gusto para obtener el sabor que deseamos, y es que estos dos ingredientes son, sin lugar a dudas, dos de los más básicos de la cocina salada. pero ¿sabías que existen varios tipos de pimienta? aquí te contamos cuáles son y cómo diferenciarlos.
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La pimienta es probablemente la especia más utilizada en la cocina, a nivel global. Pero, a pesar de ser pan de cada día, la pimienta tiene una rica y complicada historia, numerosas variedades, y distintos usos más allá de darle sabor a nuestros platillos.
¿Cuál es el origen de la pimienta?
Todo comienza en la India, donde se utilizaba desde el 2000 AC. Varios siglos después, la especia se seguía comerciando ampliamente a través del Imperio Romano, como un valioso artículo de lujo, tanto así que después de la invasión de los visigodos, una de las multas que tuvo que pagar el Imperio Romano para recuperar su ciudad fueron 3000 libras de granos de pimienta.
Tras la caída del Imperio Romano, los árabes tomaron el control del comercio de la pimienta, pero pronto se unieron nuevos jugadores europeos, como Portugal, Génova y Venecia. La pimienta viajaba por rutas bien establecidas como la ruta de la seda o las rutas de las especias, y fue, hasta hace poco, siempre un bien muy preciado. Hoy en día, aunque la pimienta ha sido destronada como especia lujosa por otras como el azafrán o el cardamomo, aún sigue siendo uno de los productos más importantes a nivel mundial, pues representa el 20% del total del comercio de especias en el mundo.
La pimienta crece en una planta trepadora, similar a las vides, que tras florecer produce abundantes racimos de frutillas. Estos se cultivan y se secan al sol para darnos las distintas variedades de pimienta.
Tipos de pimienta
Pimienta negra
La más común de las pimientas. Las frutillas de la pimienta se dejan madurar de verdes a rojas, se cultivan y se secan al sol. Luego se tamizan y se separan por tamaño, para clasificarlas según su calidad; las de mayor tamaño se consideran las mejores.
Pimienta blanca
Esta variedad es más suave que la pimienta negra y se suele utilizar en salsas blancas o aderezos ligeros. Para producirla, en lugar de secar los frutos casi maduros, se dejan reposar en agua para disolver la piel de la fruta, dejando granos más suaves y pequeños.
Pimienta verde
Para producir pimienta verde, las frutillas se cultivan antes de madurar (cuando aún están verdes) y se deshidratan, por lo que mantienen un sabor más fresco y ligero qué el de la pimienta negra. Otro método también es preservarlas en salmuera en lugar de deshidratarlas. La pimienta verde se usa comúnmente en patés, mostazas y vinagretas.
Pimienta roja
Nuevamente tomando el nombre de la etapa de maduración, la pimienta roja son las frutillas que se dejan madurar por completo en la planta. Es la pimienta menos común, y muy difícil de encontrar comercialmente.
Existe otro tipo de especias llamadas falsas pimientas, pues aunque no vienen de la misma planta, sí que se le parecen, pero tienen propiedades diferentes. Entre estas destacan la pimienta gorda, que es más grande y mucho más aromática, casi como un clavo de olor; y la pimienta rosa, que tiene un sabor ligeramente dulce.
Otros usos de la pimienta
Además de realzar el sabor de nuestros platillos, la pimienta tiene otros usos:
Como pesticida en el jardín: mantiene alejados todo tipo de bichos, como hormigas y orugas, además de tener propiedades antimicrobianas y antifungales.
Como auxiliar medicinal, se utiliza en el tratamiento de padecimientos respiratorios y digestivos. También se utiliza para ayudar a controlar el dolor muscular.