La piel, además de ser el órgano más grande del cuerpo humano, también es el principal componente del sistema tegumentario, el cual está diseñado para ser una barrera física que evita la entrada de los contaminantes externos como el polvo, bacterias u hongos hacia el interior del organismo. Al tratarse de un escudo es natural que su apariencia no siempre esté en las mejores condiciones, pero eso no significa que no podamos hacer nada para devolver la belleza a la piel.
Como es de suponer, la apariencia de las manos generalmente resulta ser de las más afectadas debido a los rayos del sol, golpes, cortadas o algún tipo de lesión, pues además de ser una de las extremidades más útiles, igualmente son la primera forma de contacto que tenemos para explorar el mundo.
Ahora que sabemos cuál es la importancia de la piel de las manos, es importante no dejar a la ligera su mantenimiento y darles la atención que se merecen.
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Aceite de caléndula
Necesitamos de:
- Flores de caléndula.
- Aceite esencial de almendras.
- Frasco de vidrio resellable.
Preparación:
Basta con poner las flores dentro del frasco de vidrio, agregar aceite esencial de tu preferencia hasta el borde, dejamos macerar al sol por alrededor de 15 días.
Pasado el tiempo filtramos el resultado con ayuda de un trapo o colador de cocina, vaciamos en un nuevo recipiente y ya está listo para usar. Para aplicarlo solo esparce una pequeña cantidad de tu nuevo aceite sobre las manos y masajea por algunos minutos en movimientos circulares.
Las flores de caléndula resultan muy beneficiosas para la piel debido a sus propiedades cicatrizantes, antisépticas, regenerativas y aumentan la producción de colágeno.