¿Has escuchado de la alcachofa de Jerusalén? Los profesionales de la salud la catalogan como un superalimento que contiene más probióticos que el kéfir. Pero no te dejes engañar, este producto proveniente de territorios americanos está repleto de misterios, si quieres descubrirlos todos, te invitamos a seguir leyendo sobre la también llamada pataca.
Otros nombres para identificar la alcachofa de Jerusalén son castañas de tierra, aguaturmas o Girasol de Canadá. Ten mucho cuidado, ya que ninguno de estos nombres describe verdaderamente la naturaleza de este superalimento. Además de hablarte de sus beneficios, sabor y apariencia, te diremos la cantidad recomendada de este producto al día y cómo puedes incorporarla en tu dieta.
¿Qué es la alcachofa de Jerusalén?
Seguramente piensas que este producto se trata de una verdura de hojas verdes, sin embargo, la alcachofa de Jerusalén es un tubérculo. También puedes encontrarla bajo el nombre de tupinambo o topinambur. Curiosamente, no se trata de una raíz originaria de la Tierra Santa, ya que proviene de tierras americanas. Se caracteriza por su parecido con el jengibre y su corteza amarillenta.
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Beneficios de la alcachofa de Jerusalén
Una investigación realizada por la sede Talca de la Universidad Autónoma de Chile, resalta que este tubérculo se considera un superalimento gracias a sus valiosas propiedades nutricionales, por ejemplo:
- Tiene un contenido hídrico del 80%, esto lo convierte en un excelente aliado para disminuir la retención de líquidos y controlar el peso.
- Su aporte calórico es muy escaso, El Confidencial afirma que cada 100 gramos nos dan apenas 27 kcal.
- Gracias a su presencia de minerales como el hierro y el potasio nos ayuda a prevenir la anemia y disminuye la tensión arterial.
- Sorprendentemente, nos ayuda a mantener la masa muscular y reduce el riesgo de infartos. Al ser baja en sodio es ideal para los pacientes hipertensos.
- Según un estudio publicado en The Journal of Nutrition, su fibra dietética provoca cambios significativos en la microflora intestinal, es decir, sus bacterias promueven una buena salud digestiva.
¿Cómo consumir la alcachofa de Jerusalén?
Este tubérculo tiene un sabor ligeramente dulce, muy similar al de la alcachofa, los espárragos o la trufa. La recomendación de la Universidad de Chile es consumir entre 5 y 15 gramos al día para aprovechar sus beneficios. Podemos comerla cruda o utlizarla para acompañar en ensaladas, aderezos, purés, cremas o como complemento de cortes de carne. Sigue en Gastrolab España para encontrar más superalimentos ricos en probióticos.