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El hábito de alimentación que NO te ayuda a bajar de peso

Nuevos estudios afirman que lo importante no es tanto lo que comemos, sino cuándo lo comemos y eso influye directamente en ayudarnos a disminuir el peso corporal.

Hábito saludable para bajar de peso.Fuente: Producción Gastrolab
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Todos hemos oído "Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo", un refrán popular que tiene como finalidad decirnos que debemos comer más por la mañana en nuestro desayuno e ir disminuyendo la ingesta calórica a medida que van pasando las horas del día, llegando a la cena. Sobre todo, si la idea principal que tienes es perder peso de una forma sensata y a su vez saludable. Según esto, lo importante aquí no es tanto lo que comemos, si no, cuándo lo comemos.

Pues bien, ahora resulta que uno de los consejos más populares de las últimas décadas queda en entredicho, según un reciente estudio que viene a poner en cuestión otros muchos estudios que defendían que elegir el momento más adecuado para cada una de las comidas influía de manera relevante en la cantidad de peso que se pierde.

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Te contamos todos los detalles sobre esta nueva teoría a continuación.

A grandes rasgos, lo que ha ocurrido es que un equipo de investigadores de las universidades de Aberdeen y Surrey, con el fin de investigar el vínculo entre el tamaño del desayuno o la cena y su efecto en el hambre, han llevado a cabo un estudio con personas sanas, pero con sobrepeso. Básicamente, los participantes recibieron dos dietas, y cada una debían llevarla a cabo durante cuatro semanas. 

Por un lado, una dieta que consistía en un gran desayuno y una pequeña cena, y por otro, un pequeño desayuno con una gran cena. Los almuerzos eran los mismos. El paso siguiente consistió en detallar cada una de esas comidas para saber exactamente cuántas calorías consumían los participantes del estudio. Para ello, midieron el metabolismo de cada uno y tomaron buena cuenta del número de calorías que habían quemado.

Sus predicciones, como era de prever, apuntaban a que un gran desayuno y una cena pequeña aumentarían las calorías quemadas y la pérdida de peso. Pero no fue así, ya que los resultados del experimento demostraban que el peso corporal en ambos casos era el exactamente el mismo, no había ninguna diferencia. Y tampoco hubo sorpresas en lo relativo a los niveles diarios de glucosa en sangre, insulina o lípidos. Ten en cuenta que esto es importante porque los cambios de estos factores en la sangre están asociados con la salud metabólica.

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Este estudio que acabamos de comentar también sugiere que la forma en la que nuestros cuerpos procesan las calorías por la mañana en comparación con la noche tampoco influye en la pérdida de peso. Donde sí se apreciaba un cambio era en lo relativo a la sensación de hambre autoinformada y a la cantidad de comida que querían comer. Y es que se comprobó que los que habían disfrutado de un gran desayuno y una cena pequeña tenían menos hambre durante el resto del día. Y esto último puede ser muy útil para quienes buscan perder peso, ya que puede que te ayuda a controlar mejor el hambre y, en consecuencia, a comer menos.