La bebida o leche de avena es uno de los productos que se constituye en una excelente opción para sustituir la de origen animal en las dietas veganas o vegetarianas. Este alimento se puede encontrar en la actualidad en casi cualquier tienda o supermercado y se suele saborizar con coco, vainilla o canela, para un sabor más intenso y dulce.
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Esta bebida tiene una consistencia mucho más suave que la leche de animal y, por lo tanto, es más fácil de digerir por nuestro organismo. También resulta una excelente opción para las personas intolerantes a la lactosa, a la soja o a las nueces. En el caso de conseguir una avena que cuente con certificado sin gluten, puedes preparar una leche apta para celíacos.
Ingredientes para hacer leche de avena casera
Endulzante
Pizca de sal
1 litro de agua mineral, purificada o filtrada
150 g de avena en hojuelas (mejor si es integral)
Lo primero que debes hacer es dejar reposar la avena en un recipiente con agua por lo menos unas 8 horas. De esta manera, obtendrás los mejores resultados nutricionales, activando y potenciando las vitaminas y minerales de este alimento. Luego deberás escurrir el líquido, enjuagar los copos resultantes y triturarlos en una batidora junto con el agua purificada y el endulzante o la sal (opcionales).
Lo siguiente que debes hacer es filtrar la pasta cremosa de avena resultante del proceso de trituración en la batidora. Para este paso debes utilizar un colador muy fino o un paño de tela vegetal. El líquido que vayas obteniendo, deberás colocarlo en un frasco o botella de boca ancha. En cuanto al reposo y duración en la nevera, es necesario tener en cuenta dos aspectos: si la leche sedimenta, tendrás que agitarla antes de ingerirla; y debes consumirla dentro de los próximos tres días, ya que al no poseer conservantes, su fecha de vencimiento se acelera. Guarda siempre con tapa hermética.