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5 razones (muy importantes) para incorporar la lenteja pardina a tu dieta para adelgazar

La lenteja pardina es una opción económica que puedes incorporar en tu dieta semanal.

Lenteja pardina.Fuente: Freepik.es
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El nombre de la lenteja pardina proviene de su tonalidad característica marrón o parda. Fuera de nuestro país se la suele llamar ‘francesa’ y en algunas regiones de España también se la denomina ‘franciscana’. Esta legumbre es de tamaño pequeño, ya que su diámetro puede ir 3 a 5 milímetros y además puede presentar una textura de puntitos oscuros. 

Una de las razones para incorporar la lenteja pardina a tu dieta para adelgazar es que una vez cocida se traduce en hasta 75 calorías por cada 100 gramos de alimento. Esto quiere decir que no aportan colesterol, son bajas en grasas y además contienen fósforo, vitamina A, potasio y hierro. Esta legumbre saludable es ideal para personas que presenten digestiones más lentas y delicadas, e incluso se puede hacer puré sin mucho esfuerzo: otra razón para elegirla. 

Fuente: Instagram @rinconagranel

La lenteja pardina presenta una textura cremosa y una piel fina, por lo cual es más fácil de masticar, si se quiere incorporar en dietas de niños pequeños. Pero otra razón por la que debes incorporar este alimento a tu dieta si quieres bajar de peso es que contiene mucha fibra y proteínas: hasta 24 gramos por cada 100 de alimento (porción en seco).  

Fuente: Instagram @delikatesy_lafuente

Las lentejas en general son fuente de hidratos de carbono de excelente calidad. Esto quiere decir que si incorporas la pardina a tu dieta, estarás consumiendo un alimento muy saciante que beneficiará tu sistema digestivo y te dará mucha energía por su absorción lenta. En definitiva, este producto natural ayuda a evitar los picos de azúcar en sangre que provocan otros carbohidratos de mala calidad.

Fuente: Instagram @ehichcelestialfoodie

Finalmente, la quinta razón para comer lentejas pardinas es que no requieren remojo previo por su piel fina. Entonces, si estás con poco tiempo, se presenta como una opción ideal para cocinar y comer en un corto plazo. Su ventaja es que, salvo excepciones muy particulares, no se desprende su cubierta. Pero si aún así quieres dejarlas en agua, puedes hacerlo una o dos horas antes de la cocción y eso bastará para ablandar un poco más su textura y que sea mejor digerida.