No hay dudas que el gazpacho es uno de los platos más populares en la temporada de verano. Esta sopa fría, es elaborada con hortalizas crudas, aceite de oliva, vinagre y agua. Lo mejor para disfrutar de todo su sabor, es prepararlo en casa con ingredientes de buena calidad. Una vez listo, hay que conservar el gazpacho adecuadamente, y para ello se puede congelar o guardar en la nevera.
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El gazpacho aguanta en la nevera unos tres o cuatro días en perfecto estado. Una vez trituramos los ingredientes hacemos que éstos queden expuestos al contacto con el oxígeno, de forma que su oxidación y degradación se aceleran. Esto hace que sea mucho más sencillo que les afecten los microorganismos externos, el principal problema de la seguridad alimentaria durante los meses de verano y por eso, congelarlo es una buena alternativa.
Para congelar el gazpacho, debemos elaborarlos con ingredientes fríos, de buena calidad y que se encuentren en buen estado. Nunca debemos utilizar las hortalizas que están un poco pasadas para preparar esta sopa fría. Si no vamos a tomarlo todo, lo ideal es dividirlo en varias raciones, y guardar cada una en un recipiente hermético en la nevera.
Para congelar esta gran sopa, trituramos al máximo los ingredientes en la primera elaboración, sin añadir agua, El agua cristalizará más en la congelación, así que lo evitamos en este primer paso. Colamos el gazpacho para retirar las impurezas, así como los restos de semillas y pieles.
El siguiente paso para congelar la sopa y que quede bien en la nevera, consiste en emulsionar. Para ello, debemos añadir poco a poco el aceite de oliva y mezclamos bien hasta obtener un gazpacho homogéneo y bien ligado. Una vez listo, congelamos rápidamente en recipientes horizontales con cierre hermético. Cuando vayamos a descongelar el gazpacho, lo pasamos del congelador a la parte menos fría de la nevera.