Si tu trabajo te lleva muchas horas de tu vida fuera de casa seguramente eres de las personas que suelen hacer una compra semanal o mensual, y eso significa que tienes que ingeniartelas para almacenar todos los alimentos en la despensa, los armarios y el refrigerador para que aguanten lo suficiente hasta el día de consumirlos. Algunos los podrás guardar en el congelador pero otros no deberías hacerlo por precaución.
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Cuando los productos que consumes son de congelador lo único que deberás tener en cuenta es su fecha de caducidad, y puedes recurrir a ellos en cualquier momento. Pero hay un tema no menor, no todos los alimentos se pueden congelar. En algunos casos, congelarlos implica perder textura, sabor, y en otros en contra de lo que solemos pensar, las bajas temperaturas pueden favorecer la proliferación de ciertos patógenos.
Otro alimento que no deberías congelar es la mayonesa y otras salsas similares (salsa rosa, alioli, tártara, etc.) no son buenas candidatas para la congelación ya que se le forman cristales, y cuando la vayas a utilizar estarán insípidas y acuosas de más. Las frutas y verduras tampoco las debes congelar por este mismo problema la formación de cristales.
Si compramos o preparamos una tarta fresca dulce, lo mejor es mantenerla en la nevera y consumirla antes de cuatro días. Las tartas al descongelarse tienden a agrietarse, y esto puede arruinar por completo su textura y su consistencia. Otros alimentos que no deberías congelar son las pastas, los huevos la leche y los quesos a no ser que sean quesos duros, la mayoría de estos pierden tanto textura como proteínas.
Un error muy común es congelar el guiso de lentejas con patatas, y esto no es nada aconsejable. Si sobran lentejas lo mejor que puedes hacer es retirar la patata y congelarlas sin este ingrediente. Los alimentos rebozados y fritos, tipo rabas, calamares, croquetas, filetes, no toleran nada bien el congelador, lo recomendado con este tipo de comidas, es congelarlos antes de pasarlos por la sartén.