Ser cuidadosos a la hora de manipular alimentos es de vital importancia para prevenir enfermedades o infecciones causadas por bacterias, gérmenes y microorganismos que pueden poner en riesgo el funcionamiento del organismo. Para concientizar acerca de estos hábitos existe el Día Mundial de la Inocuidad Alimentaria.
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Cuando se habla de inocuidad de los alimentos, se hace referencia a las medidas fundamentales que hay que tomar cuando se produce, conserva, distribuye o prepara algún tipo de producto o comida. Las condiciones de elaboración también tendrán un papel importante para que no se desencadene una reacción perjudicial para la salud.
Una de las claves para mantener la inocuidad de los alimentos es cocinarlos bien, es decir, no consumir carnes crudas o leches no pasteurizadas, ya que pueden tener agentes patógenos. Estos solo se pueden eliminar sometiendo los productos a algún tipo de cocción. Posteriormente, se debe ingerir esa comida en el menor tiempo posible desde el momento en que se cocinó, ya que los microbios pueden proliferar en distintas temperaturas y condiciones de aire. Es por ello que resulta otra clave fundamental.
A la hora de recalentar los alimentos se debe evitar la proliferación de bacterias y otros microorganismos, por lo tanto, la temperatura ideal para hacerlo es a 70°C. Otra de las claves para procurar la inocuidad alimentaria es ser muy cuidadosos con la contaminación cruzada. De ninguna manera un alimento sometido a algún tipo de cocción debe entrar en contacto con uno crudo. No usar los mismos utensilios, recipientes o tablas, es una forma de prevenir riesgos para la salud.
Finalmente, para asegurar la inocuidad de los alimentos hay que asegurar una conservación correcta de las comidas: se debe evitar almacenar alimentos en situaciones de calor que alcancen los 60°C y tratar de conservar en ambientes cercanos o inferiores a 10°C, según recomienda la Organización Panamericana de la Salud (OPS).