Un té o infusión es una excelente forma de incorporar a la dieta alimentos con grandes propiedades que mejoran nuestra salud. Existe un ingrediente clave para conseguir un plus de sabor en nuestras bebidas calientes y que además tienen decena de beneficios para nuestro organismo: el jengibre. Te contamos cuáles son.
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El jengibre es una planta procedentes del sudeste asiático y, por tanto, muy presente en la gastronomía de países como Tailandia. De imponente y sabroso sabor, está relacionado con la cúrcuma o el cardamomo. Se puede utilizar fresco, en polvo o como aceite o zumo, Más allá de su sabor, nada despreciable, vamos a centrarnos en cómo añadirlo a un té o infusión nos ayuda en diferentes aspectos de nuestra salud.
Un té o infusión de jengibre ha estado presente en la medicina tradicional como un perfecto digestivo, reduce las náuseas -especialmente las matutinas- y supone una auténtica barrera contra el resfriado y la gripe. El jengibre es además antiinflamatorio y antioxidante.
Pero sus beneficios no acaban aquí. El jengibre, que podemos tomar en té o infusión, ayuda en la pérdida de peso y, por tanto, a prevenir la obesidad. En esta línea, también debemos mencionar que esta planta llegaría a reducir los niveles de azúcar en sangre y, en consecuencia, prevenir las enfermedades cardíacas.
No podemos olvidar además que la infusión o té de jengibre sirve como analgésico ante el dolor menstrual debido a que, como hemos mencionado, tiene poder antiinflamatorio. Diversos estudios han concluido también que la ingesta de jengibre podría mejorar la función cerebral y prevenir enfermedades como el Alzheimer y el deterioro cognitivo. Estos son solo algunos motivos que pueden animarte al consumo de esta planta natural en recetas o bien en té o infusión, cuyo sabor no te dejará indiferente.