Seguramente conoces la lavanda, esa flor de color violáceo con aroma reconfortante. Sin embargo, esta flor es mucho más que solo una linda decoración o un aromatizante. Descubre las propiedades y beneficios de la lavanda y cómo utilizarla.
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La lavanda toma su nombre del latín lavare, que significa lavar, lo que ya de por sí nos da una idea sobre lo valiosa que es esta planta medicinal, pues se ha utilizado durante siglos para aromatizar aceite de baño y jabones.
Propiedades y beneficios de la lavanda
Esta flor es originaria del Mediterráneo y sigue estrechamente relacionada con la industria del perfume del sur de Francia. Sus flores son apreciadas por sus virtudes calmantes y sedantes, y el aceite esencial se utiliza para los dolores musculares y los problemas respiratorios.
Si algo identifica a la lavanda, además de su color, es su aroma, que es uno de los más utilizados para la aromaterapia. En Francia es muy utilizada para elaborar perfumes y aguas de colonia, pero también se utiliza en muchas otras partes del mundo para perfumar y ahuyentar los insectos de armarios y cajones, en los que se coloca un saquito con flores de lavanda. Sus espigas de flores se destilan al vapor para producir el aceite esencial utilizado para dolores musculares y jaquecas.
Cómo utilizar la lavanda
Si quieres aprovechar sus cualidades, hay muchas maneras de hacerlo, dependiendo del efecto que desees obtener. Aquí te contamos las más comunes.
Tintura de lavanda
Puedes tomar hasta 5 ml (1 cucharadita) al día de tintura de lavanda para las jaquecas, la depresión o la tensión nerviosa. También calma el asma, especialmente en ataques desencadenados por la tensión nerviosa o el estrés.
Infusión de lavanda
Puedes preparar una infusión con agua caliente y flor de lavanda y beberla 3 veces al día para las jaquecas producto del agotamiento nervioso. Una taza antes de acostarse puede aliviar el insomnio, y resulta apropiada como digestivo tras la comida.
Aceite esencial de lavanda
La aplicación más común de la lavanda es el aceite esencial, que se obtiene al destilar la flor y puedes encontrarlo en 3 distintas presentaciones:
Aceite puro: aplícalo sobre picaduras o mordeduras de insecto, o añade 10 gotas a 50 ml de agua y utilízalo como remedio contra quemaduras solares. Para ayudar a conciliar el sueño, coloca un paño con 3 o 4 gotas de aceite bajo la almohada.
Aceite de masaje: Diluye 2 ml (20 gotas) de aceite esencial en 10 ml de aceite base para aliviar dolores musculares. Frota las sienes y la nuca en caso de jaquecas tensionales o de migraña.
Enjuague capilar: Diluye 20 gotas de aceite esencial de lavanda en una jarra de agua para obtener un buen enjuague capilar para los piojos.
En general, el aceite esencial de lavanda funciona como analgésico, regenerador celular, sedante, ayuda a atenuar los síntomas de las gripes y resfriados y tiene gran poder antiséptico. Aplícalo sobre una herida para desinfectarla o sobre quemaduras para disminuir la probabilidad de que salgan ampollas y para ayudar a regenerar la piel.
También es muy utilizado como antiinflamatorio, sobre todo en procesos de reuma o artritis, ya que la lavanda ayuda a relajarse y calmar el dolor. De cualquier modo, siempre es mejor utilizar aceite de lavanda de buena calidad, pues de lo contrario los efectos podrían no ser suficientes.
Otros usos de la lavanda
La flor de lavanda, fuertemente aromática, se utiliza, además de como ambientador natural, como repelente de las polillas. También se elabora un tónico de lavanda con aloe vera que tiene propiedades refrescantes, limpiadores y tonificantes o un exfoliante natural para suavizar la piel del cuerpo.
Como puedes ver, la lavanda es una flor extraordinaria con muchísimos beneficios y aplicaciones. Sobre todo es recomendable como calmante o como analgésico; de cualquier modo, si las molestias persisten, siempre es mejor consultar a un especialista