De carne vacuna, de pollo, cerdo, pescado o de vegetales, las albóndigas se pueden hacer con combinaciones infinitas de alimentos y especias, y no hace falta mucho tiempo para cocinarlas. Entre 3 y 10 centímetros, suelen medir estas pequeñas bolas que pueden ser guisadas, fritas o cocidas.
Te podría interesar
Huevo, perejil, pan rallado, pan viejo, cebolla, comino, ajo o ají, entre otros alimentos que forman parte de recetas tradicionales de distintas partes del mundo, son algunos de los ingredientes con los que se elaboran las albóndigas, que por lo general se disfrutan con salsas o cremas calientes. Cada país tiene su preparación particular de esta comida según los productos de la región y proximidad.
A la hora de hacer este plato, a veces la cocción de las albóndigas suele pasarse y pueden quedar un poco secas. Para evitar esa textura en el paladar cuando vamos a degustarlas, existe un truco para que queden deliciosas, jugosas y deliciosas. Si eres de los que cocinan por un lado estas pequeñas bolas y por el otro salsa, aquí va una recomendación.
Las albóndigas quedarán jugosas y deliciosas si se cocinan junto con la salsa, ya que de ella obtendrán los vapores y aromas finales, además del sabor de la carne. Para eso se puede colocar el alimento líquido en una bandeja o fuente apta para horno y encima disponer una rejilla para depositar las bolitas.
Lo que se logra con este truco es que las albóndigas, mientras se están horneado, absorban los aromas de la salsa y esta última también reciba los jugos de la carne que se van desprendiendo. Esta cocción también permite que las bolitas queden con una cubierta más uniforme y dorada.