Probablemente has cocinado más de una vez la acelga y su sabor no acaba de convencerte porque amarga tus platos. Existe una solución muy sencilla que puedes probar para conseguir incorporar a tu dieta esta verdura y aprovechar todos su beneficios para nuestro organismo. Te contamos cómo cocinar este alimento y ser la anfitriona o anfitrión perfecto.
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En primer lugar y antes de comenzar a preparar cualquier receta que vayas a realizar con acelga debes quitar los tallos de esta verdura. De esta forma te asegurarás de eliminar el sabor amargo de tus platos. Corta los tallos de este alimento con un cuchillo y resérvalos, puede que te sirvan más adelante.
Acelga acompañada de aceite de oliva. Esta es nuestra primera propuesta. Necesitamos: un puñado de acelgas, 1 cucharada de AOVE (aceite de oliva virgen extra), 2 dientes de ajo, 1 charada de aceite balsámico, sal y pimienta. Lavamos la verdura, a continuación la secamos y separamos el tallo, como hemos mencionado, reservamos. En un sartén, calentamos a fuego medio un pco de AOVE. Cortamos los dientes en finas láminas y los freímos solo uno o dos minutos. Añadimos la acelga, alimento principal de nuestra receta, y movemos. Rociamos el vinagre, agregamos sal y pimienta al gusto. Volvemos a mezclar hasta que la acelga se reduzca. No cocines demasiado la verdura para que permanezca entera. Servimos.
Tallos de acelga al horno. Te adelantamos antes que no tiraras los tallos de esta verdura ya que te pueden servir para esta receta. Necesitamos: tallos de acelga, queso gouda o el que prefieras, 2 cucharadas de AOVE, sal y pimienta. Tan simple como esto: rociamos con un poco de aceite de oliva la fuente del horno y colocamos encima los tallos. Cubrimos con el queso y horneamos a fuego medio durante 20 minutos.
Con estas recetas aprovecharás toda la acelga y sorprenderás a tus invitados. Recuerda que esta verdura es un completo alimento que contiene vitamina C y K, es una fuente importante de fibra, tiene incluso más hierro que la espinaca y ayuda a controlar el colesterol.