La kombucha es una bebida fermentada de ligero sabor ácido, obtenida a base de té endulzado fermentado. Este té es una bebida rica en polifenoles. Estos compuestos cumplen en el organismo una función antioxidante y poseen efectos vasodilatadores y antiinflamatorios. Además, son perfectos para combatir la diabetes y la obesidad.
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Esta infusión es considerado como una bebida milenaria que se consume hace más de 2.000 años, y si bien su origen se debate entre China y Rusia, lo cierto es que posee un ligero sabor ácido, es vegana, ecológica, no contiene gluten y está sin pasteurizar. A nuestro país llegó en los años 90 gracias a la televisión y rápidamente ganó popularidad por sus propiedades curativas.
¿Cuáles son sus beneficios?
El té de kombucha ha sido promocionado para curar el acné, la fatiga, la hipertensión y el estreñimiento, mejorar la digestión y aumentar la inmunidad. Durante el proceso de fermentación de la kombucha, se producen grandes cantidades de ácido acético y de otras bacterias, las cuales pueden tener una función probiótica.
Contiene fitoquímicos o fitonutrientes que tienen propiedades antimicrobianas y antioxidantes. Esto significa que el té de kombucha puede promover una función hepática y renal saludable y reducir las complicaciones diabéticas. Además, podría reducir enfermedades cardíacas, mejorar los niveles de colesterol y controlar el azúcar en sangre.
Este té no tiene un único sabor, y eso depende del tiempo de fermentación al que haya sido sometido. Su tiempo de fermentación puede ir desde los 7 hasta los 30 días. Para conseguir un sabor más suave, debemos dejar el kombucha durante menos tiempo. Para un sabor más intenso y avinagrado, menos dulce, dejaremos fermentar la infusión por más tiempo. Si se desea, se puede mezclar este tipo de té con otras bebidas, ya sea un sirope de cerezas o zumo de limón.
Esta bebida puede reducir los marcadores del colesterol malo (LDL) y aumentar los niveles del colesterol bueno (HDL). Por lo tanto, es una bebida que brinda múltiples beneficios para el corazón y la circulación sanguínea. Lo cierto es que antes de consumir kombucha, debemos consultarlo con nuestro médico o especialista de confianza. También hay que recordar que su consumo no reemplazará ningún tipo de tratamiento médico.