Cómo todo producto gastronómico, el Tequila posee denominación de origen. Los mejores, los que más saben de Tequila están justamente en Tequila, Jalisco, cerca del volcán que es esencial no solo para el nombre de esta bebida virtuosa. Justamente, es la tierra volcánica de la montaña y sus alrededores, el sitio clave para el crecimiento del mejor agave.
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Para empezar, una de las claves que te van a permitir saber si el tequila que tomaste es de los buenos, es que simplemente al otro día de haberlo consumido, no tendrás resaca. Y la razón de por qué esto sucede es clave, esta realizado exclusivamente por agave. El tequila barato utiliza hasta un 50% de caña de azúcar para hacerlo más económico.
Otra de las claves, además de mirar el precio, es mirar el origen y el porcentaje de agave que posee nuestro tequila. Una vez superado esto, llegamos al momento de oler y saborear. Antes de oler, debemos saber que estamos frente a un potente destilado por lo que si ponemos la nariz dentro de la copa es probable que nos “quememos” la nariz. Entonces, el tequila se huele, pero de lejos a unos 10 o 20 centímetros del vaso o la copa.
En cuanto a los tipos de tequila, el blanco es lo que entenderíamos aquí, como el clásico tequila; mientras que el reposado adquiere un color amarillo (a lo whisky) que proviene de sus más de 4 meses en barrica; y el cristalino es todavía más añejo pero ha perdido su color y su dureza mediante un proceso de filtración por carbono activo. Así, el blanco es el que más fresco huele, del que más notas de hierbas y campo se obtienen. Mientras que los otros dos huelen a madera, más redondos y pesados pero, en el caso del cristalino, más ligeros.
En cuanto a la costumbre de ponerle sal y limón, la recomendación es que si tenemos un buen tequila entre manos, es mucho mejor tomarlo solo, por lo que tenemos que dejar de ponerle sal y limón ya que esos dos elementos suprimen el sabor del tequila, por lo que solo debemos usarlo cuando el tequila no es de calidad.
Ahora bien, sobre la temperatura, a muchas personas les gusta las bebidas en general frías. Lo cierto es que este destilado sufre el frío y pierde características en su sabor. Por lo que es recomendable si lo queremos beber frío, colocarle un hielo grande y tomarnos nuestro tequila antes de que éste se derrita para evitar que se diluya demasiado.