Cuando hablamos de las plantas de interior que necesitan cuidados absolutamente precisos, las orquídeas son el ejemplar perfecto para mostrar este equilibrio tan delicado entre el descuido y el exceso. Seguramente vosotros también lo habéis experimentado, hay temporadas en que las orquídeas no dejan de florecer y de un día para otro, todas las flores se han secado y lo único que nos quedan son unas varas muy tristes y poco vistosas.
Las orquídeas se han ganado un lugar en los corazones y en los hogares de millones de personas en todo el mundo y es que no debería sorprenderos tanto ¿Sabíais que hay más de 600 géneros y unas 30,000 especies? Hay orquídeas para todos los gustos, por suerte, el abono del que hablaremos hoy, puede aplicarse sin problema a cualquier tipo de orquídea. Según el portal español Interflora, las especies más comunes son las moradas y blancas y provienen de Taiwán, las Filipinas, Australia y de algunas islas del océano índico.
¿Cómo cuidar las orquídeas dentro de la casa?
Los principales cuidados de las orquídeas son las siguientes:
- Luz: La especie orquídea Phalaenopsis necesita una gran cantidad de luz para facilitar su floración, en cuanto a las orquídeas moradas, lo mejor es colocarlas cerca de una ventana o terraza pero ¡Ojo! NO debéis exponerlas directamente a los rayos del sol.
- Temperatura constante: La mayoría de las orquídeas no resisten las bajas temperaturas, lo ideal para esta planta es un ambiente que vaya de los 22ªC durante el día y entre los 16 o 20ªC por las noches. También hay que colocarlas en un lugar con buena ventilación.
- Humedad: Las orquídeas son plantas tropicales, por lo tanto, necesitan un alto nivel de humedad para florecer, debéis mantener entre el 50 y 80% de humedad en el aire para mantenerlas felices y sanas. Si estáis pensando que este nivel será un sauna, no hay nada que temer, este porcentaje de humedad es bastante cómodo para los humanos y mascotas. En invierno sería conveniente echar mano de un humidificador para conservar un ambiente húmedo, pero también podéis optar por mojar únicamente las hojitas de la orquídea con un rociador.
¿Qué nutrientes necesita una orquídea?
Los elementos más importantes para las orquídeas son el nitrógeno, el fósforo y el potasio, podéis obtenerlos del abono orgánico con arroz o papa. Otros elementos importantes para esta planta son el calcio, el magnesio y el azufre, sin embargo hay que administrarlos con cuidado ya que un exceso podría traer consecuencias muy negativas para nuestros ejemplares en casa.
¿Cómo hacer abono casero para orquídeas?
El abono de levadura es ideal para las orquídeas que crecen en el suelo pues es un producto que contiene minerales valiosos como el potasio, nitrógeno y fósforo.
Receta de abono casero de levadura
Ingredientes
- 7 gr de levadura
- 100 ml de agua caliente
- 2 L de agua fría
Preparación
- Disuelve la levadura seca en el agua caliente.
- Agrega 2 litros de agua fría y revuelve bien.
- Coloca el agua con levadura en un recipiente mediano o en un balde limpio.
- Sumerge la maceta de la orquídea en el recipiente por 30 minutos.
- Saca la maceta y colócala en su lugar.
¿Cómo y cuándo abonar las orquídeas?
Debes usar este abono únicamente cuando se forma una nuevo flor u hoja. Cuando su tiempo de floración haya terminado, debes regarla con menor frecuencia y por nada del mundo debes abonarla. Los abonos líquidos pueden incorporarse al agua de riego, los sólidos hay que esparcirlos por la superficie de la maceta y dejar que el agua de riego lo disuelva para que la tierra pueda absorber sus elementos.
¿Qué otros ingredientes puedo usar para hacer un abono casero para orquídeas?
Otras opciones para cuidar de vuestras plantas en macetas son un abono casero de café o de té negro. Incluso podéis usar otros "desperdicios de cocina" como las cáscaras de huevo, el agua de cocción de los vegetales, siempre y cuando los hayáis cocido sin sal, las bolsas de té usadas o si queréis consentir a vuestras orquídeas también podéis usar sales epsom o leche de vaca. Con estos tips vuestros ejemplares no dejarán de florecer durante la primavera y el verano.