El Roscón de Reyes es una masa de panadería enriquecida con azúcares y grasas, de miga y corteza tiernas, pero sin alveolado excesivo. Esto lo diferencia a su vez del panettone, mucho más complejo, ligero, y algodonoso. Por eso, una vez sacado del paquete debes conocer cómo conservarlo por más días así no se te echa a perder.
¿Qué Roscones se conservan mejor?
Para conservar este bizcocho y lo tengas más tiempo fresco tenemos que elegir ingredientes de primera calidad y aventurarnos con una receta más elaborada. Estos Roscones de Reyes exigen más tiempo, o acudir a obradores de calidad. La masa madre y los pre-fermentos ayudan, pero también reducir la cantidad de levadura y darle más tiempo a levar.
Las fermentaciones lentas en frío ayudarán de la misma manera, por ejemplo dejando el Roscón de Reyes en sus diferentes fases en la nevera o una zona fría de la casa, así como confiar en una masa más hidratada y con buen porcentaje de grasa. Cuanta más harina echemos, más pesado y seco saldrá, y antes se endurecerá.
¿Cómo conservar el Roscón tierno y fresco?
Para conservar este bizcocho y no se eche a perder, es importante mantener tapado el extremo cortado, que en este caso siempre será doble, con plástico film o algún material similar como papel de aluminio. Las telas, aunque más ecológicas, transpiran demasiado y pueden echar a perder todo el panificado.
Si el Roscón de Reyes es muy grande podemos aplicar la técnica de ir cortándolo por la mitad para dividirlo en dos piezas e ir rebanándolo de ambas, alternando los extremos; así mantenemos cierta homogeneidad en toda la masa, y podemos guardar el bizcocho juntando los extremos cortados, de tal modo que las propias migas se conserven a sí mismas.