La seguridad de los hogares se torna cada vez más importante dentro de los pendientes, sobre todo a la hora de vacacionar. No son pocas las noticias que ha habido este verano sobre okupaciones de casas mientras sus dueños han estado ausentes, descansando de la rutina lejos de la vivienda.
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Lo cierto es que se pueden implementar medidas de seguridad como la colocación de alarmas o cámaras de vigilancia, que pueden controlarse o monitorearse remotamente. De esta manera se estaría viendo en tiempo real si alguien quiere invadir una casa sin derecho alguno o entrar a robar. Pero eso implicaría un esfuerzo económico que a veces se posterga por la necesidad de otros gastos cotidianos más urgentes.
Características del felpudo antirrobo
Frente a esta situación, existe una solución un poco menos costosa y con una alta tasa de eficacia. Desde supermercados Lidl, han brindado la posibilidad de adquirir un felpudo antirrobo por un precio más barato. Ya que de estar costando casi 30 euros, el producto ha sido rebajado a casi 20. El sistema es muy original y se basa en sonidos para espantar a quien tenga intenciones de entrar a una casa sin consentimiento de los dueños.
Cómo funciona el felpudo antirrobo
El felpudo que se puede conseguir por casi 20 euros (19,99) tiene dos funciones. Una para ahuyentar a los ladrones que quieran entrar a la casa y otra para recibir a amigos o gente con buenas intenciones. Como método de seguridad para el primer caso, el artefacto se puede programar con un sonido muy fuerte, casi ensordecedor, de 105 dB. Pero para la segunda secuencia, el objeto puede programarse con un sonido más ameno, de bajos decibeles y cordial de “bienvenida”.
El artefacto de seguridad brindado por la plataforma de compra del supermercado funciona con batería y con un sensor de presión que se coloca debajo del felpudo. El material de fabricación del objeto es PVC y plástico, por lo cual, para pasar desapercibido, es necesario colocarlo junto a otra alfombra más “común y corriente”. El fuerte sonido que emite es considerado muy superior a lo que la Organización Mundial de la Salud considera el límite de lo soportable para el oído: 55 db. Pero está por debajo del nivel que ocasionaría dolor: 120 db.