Limpiar las ventanas puede ser una de las tareas más complicadas y lo es mucho más cuando intentamos dejar los cristales impecables. Puede que seas de esas personas obsesivas por la limpieza o no, pero de seguro te importa la apariencia de las ventanas. Ya que, si se encuentran sucias por diferentes razones, se refleja el doble con la entrada de la luz, por lo que te mostramos un método sencillo para limpiarlas y que luzcan hermosas.
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La grasa, el calor, el vapor, el polvo y mucho más se vuelven tropezones para que las ventanas estén pulcras. Sabemos lo importante que es tener el hogar aseado y más allá de la cuestión estética, un hogar limpio tiene grandes ventajas para la salud. Por ejemplo, reduce alergias, omite el estrés innecesario, disminuye el riesgo de sufrir lesiones por objetos fuera de lugar y te ayuda a quemar calorías.
El limpiar y limpiar continuamente termina desmotivándonos, es por ello que queremos compartirte un método fácil y rápido que eliminará hasta la suciedad más difícil. Para ello, recurriremos a productos que forman parte de cualquier despensa. Lo mejor es que no tendremos que usar elementos más agresivos como el cloro o el amoniaco. Toma nota y no te pierdas de ningún detalle.
¿Qué se necesita?
- Tres vasos de vinagre blanco.
- Un limón.
- Un vaso de agua.
- Un paño.
- Un recipiente con atomizador
¿Cómo se hace?
Primero, parte el limón por la mitad y exprime su jugo en un recipiente con atomizador. A continuación, vierte el vinagre blanco y el agua. Cierra el frasco y agítalo enérgicamente para integrar todos los ingredientes. Basta con rociar la sustancia sobre las ventanas que desees limpiar. Finalmente, pasa un pañito de microfibra para retirar el exceso.
Es preferible limpiar las ventanas un día en el que el cielo esté nublado. De haber mucho sol, éste puede formar manchas en los cristales, sobre todo si da de forma directa sobre ella mientras los estás lavando. Notarás que tras poner en práctica dicho método, las ventanas estarán más brillantes que nunca.