Los quesos son una de las más grandes delicias del mundo, personalmente yo no podría vivir sin ellos. Lo único malo es que, como todo lo bueno, se acaban, y si no lo hacen terminan por echarse a perder. Para que los lácteos duren más y no pierdan sus propiedades lo mejor es guardarlos en la nevera, pero a veces no basta solo con eso. Para mantener tu queso delicioso y fresco, hay algunos trucos caseros que puedes intentar, como envolverlo con papel para hornear.
¿Cómo guardar el queso en la nevera?
Algunos quesos se pueden almacenar en el refrigerador hasta por 6 meses, siempre que se mantenga en un envoltorio sellado, pero su vida útil se reduce a 6 semanas si ya se abrió para hacer bocadillos, sándwiches o pizza. El secreto está en almacenarlo de la forma correcta para que ni se seque ni se humedezca demasiado.
Si no quieres que tu queso pierda su textura blanda, se ponga rancio o adquiera un aspecto amarillento y duro, lo mejor es guardarlo cerca del compartimento de las verduras de la nevera, donde no es demasiado frío ni húmedo.
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Un gran error es guardarlo en el plástico o envoltorio de cocina en el que vino cuando se compró en un supermercado, tienda departamental o gourmet local.
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El truco con papel para hornear
Para conseguir la humedad ideal (que no esté seca ni llena de suero), basta con cubrirla con papel de horno sin dejar espacio ni apretar demasiado. También puedes usar papel encerado, también llamado pergamino o papel manteca. El queso debe permanecer envuelto así hasta que se acabe.
Este papel encerado es muy recomendable para guardar los quesos, ya que tiene una capa de parafina o cera que no permite que se sequen ni que se humedezcan.
También evita que los olores fuertes y penetrantes de los productos lácteos se transfieran al resto de los alimentos en su refrigerador y viceversa. Esto prolongará su vida útil, pero eso sí, asegúrate de revisar de vez en cuando para que que no le salga moho.
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Cómo usar papel absorbente para guardar el queso
Cuando el queso que queremos guardar es de esos que sueltan mucho suero, entonces envolverlo en papel para hornear puede ser contraproducente, porque hará que se sumerja en su propio suero y eso aumenta el riesgo de que se desarrollen hongos y bacterias.
En este caso, lo mejor es utilizar un recipiente hermético. Coloca un trozo de papel absorbente en el fondo y luego el queso. Después, guárdalo tapado en la nevera. Así tu queso fresco te durará más tiempo, solo recuerda cambiar el papel cuando lo veas muy húmedo.
Ahora ya sabes el truco con papel para hornear para que tus quesos duren más tiempo y no se conviertan en un riesgo para tu salud. Recuerda que es muy importante mantener la buena higiene en los alimentos y tomar las medidas necesarias para que no se conviertan en una amenaza para ti y tu familia.