Son muchos los estudios que siguen abalando la premisa de que dormir bien ayuda a adelgazar. La explicación es muy sencilla y en parte, se puede aplicar a muchas más facetas de la vida diaria. Si se duerme bien, uno está más descansado, más relajado, el cuerpo se recupera mejor de cualquier enfermedad si descansa bien.
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Dormir mal también tiene sus consecuencias negativas. Tener falta de sueño, o de mala calidad puede provocar un mayor riesgo de obesidad y otras enfermedades, de igual manera que es causa de una mayor tendencia a engordar. Esto se debe, a que las personas que no duermen lo suficiente, según los expertos en sueño y nutrición, consumen más calorías al día, principalmente de alimentos con alto contenido en grasa y azúcares.
Dormir bien, ¡adelgaza!
Por el contrario, dormir y tener un buen descanso tiene un efecto quemacalorías. Según los expertos, se pueden llagar a quemar alrededor de 50 calorías por hora mientras se duerme, y cada persona quema una cantidad diferente durante el sueño dependiendo de su tasa metabólica basal. De igual modo que, por mucho que se haga dieta, si no se duerme bien, también puede reducir que se adelgace y fomentar el hecho de que se coma en exceso por ansiedad.
Para dormir bien y tener un sueño sano, hay que tener una buena higiene horaria y bueno hábitos alimentarios para cenar y después de cenar. Lo ideal es consumir más fibra, menos grasas saturadas y azúcar durante el día para conseguir tener un sueño más reparador. De la misma manera, que lo más adecuado es que pasen unas dos o tres horas entre la última comida y la hora de acostarse, para conseguir una buena digestión.
Los expertos en sueño recomiendan que lo adecuado para mejorar todas las funciones biológicas, especialmente las cognitivas (memoria y atención), emocionales (estado de ánimo), musculares (energía y resistencia), digestivas (apetito y tránsito intestinal) y reproductiva (lívido y fertilidad), es dormir cómo mínimo 50 horas a la semana.