SALUDABLE

Así puedes conservar el helado en el congelador sin que endurezca de más

Una recomendación para disfrutar el helado con su textura cremosa característica.

Helado.Fuente: Producción Gastrolab
Escrito en SALUDABLE el

Para los amantes de los helados no hay temperaturas ideales para consumirlo. Con clima frío o caluroso, el producto se disfruta por igual. Pero lo cierto es que en verano se corre el riesgo de comprar este alimento y que no llegue al hogar con su textura original, ya que de camino al congelador, puede sufrir modificaciones que pueden alterarlo casi totalmente.

Los hay de agua, de natilla congelada o de crema. Y respecto a estos últimos helados, si se desea comprar y luego consumir en casa, puede existir el riesgo de que su textura cremosa se pierda. Hay una clave fundamental para conservar el alimento de forma que sus componentes lácteos o cremosos no se terminen alterando. 

Para conservar el helado en el congelador sin que endurezca de más es sabido que hay que disponer de un artefacto que tenga un rango de temperaturas que puedan mantener los alimentos en ese estado. De lo contrario, el producto tenderá a una consistencia más bien líquida. 

Fuente: Pixabay.com

Lo mismo ocurre cuando el congelador no se regula o enfría demasiado y el helado se congela totalmente. En este caso la textura del producto pasa a ser la de un bloque de hielo. Para conservar el aspecto ideal cremoso, sin que se endurezca, además de tener en cuentas las características propias delartefacto, hay que tener un cuidado muy particular cuando se compra.

Fuente: Pixabay.com

Para mantener la cremosidad del helado y evitar que se endurezca, hay que cuidar que no se rompa la cadena de frío de este producto. Esa es la clave de la conservación de la textura tan característica del alimento. Para esto, al momento de comprar, hay que llevar una bolsa térmica para depositarlo y trasladarlo aislado de las altas temperaturas. De este modo, se garantiza que el helado no sufra la rotura de la cadena de frío y, por lo tanto, la pérdida de su textura original. De camino al congelador, el producto se mantiene intacto en la bolsa y también sus cualidades organolépticas.