Encontrar el maridaje perfecto es una tarea titánica, hay universos enteros de quesos y vinos que nos complican aún más la tarea. Si tienes una reunión en puerta y no sabes cómo combinar el vino y el queso, te traemos algunas recomendaciones tanto de vinos blancos como de vinos tintos para combinar con queso. Antes de comenzar, queremos compartirte una regla universal: Cuanto más dulce sea el vino, más apestoso será el queso, esto es crucial, ya que si no respetas este precepto, lo único que conseguirás es que los sabores del vino y el queso se pierdan.
¿Cómo combinar quesos con vinos correctamente?
Combinaciones de queso y vino blanco
- Sauvignon Blanc y queso de cabra: Esto nos da como resultado una fusión ácida gracias a las notas cítricas y afrutadas del Sauvignon y el sabor terroso y las notas de nuez del queso de cabra.
- Champagne y Brie: La cremosidad del queso necesita un maridaje de sabor fuerte y ligeramente ácido. Esta combinación nos ayuda a limpiar el paladar.
- Riesling y Raclette: Las notas dulces y afrutadas del vino combinan a la perfección con la suavidad y dulzura del queso. Su combinación nos ofrece sabores a nuez que son el perfecto complemento de la carne y las patatas.
- Moscato d'Asti y Gorgonzola: El Moscato combina a la perfección por su frescura y sus notas de melocotón y miel, mientras que el queso nos ofrece cremosidad y dulzura.
Combinaciones de queso y vino tinto
- Oporto y Stilton: El sabor del queso resalta la dulzura del vino
- Provence Rosé y Cantal: Aunque el vino se clasifica como rosado, la frescura de sus frutos rojos y sus tonos delicados y frescos nos recuerdan al vino tinto. Al combinarse con el queso cantal nos ofrece una combinación deliciosa.
- Mablec y Gouda: Esta combinación nos recuerda al sabor de los frutos secos gracias a los tonos de aterciopelados y chocolatados del vino.
- Zwigelt y Emmental: El vino destaca por su sabor brillante y afrutado, mientras que el queso es extremadamente suave y nos ofrecen una combinación ahumada con toques de canela y pimienta.
- Chardoonnay y Cheddar: Para esta combinación se aconseja usar el Chardonnay Oaked que se añeja en una barrica de roble y tiene un aroma dulce con notas de vainilla. Será el compañero perfecto para el sabor a caramelo y la textura del cheddar redondo.
- Chianti y Parmesano: Este es un combo ganador porque el queso equilibra las notas afrutadas, el vinagre balsámico y el café expreso del vino tinto.
Errores al combinar queso y vino
Usualmente, nos vamos por la fuerza o la suavidad del queso, sin embargo, Directo al Paladar nos explica que el aspecto principal a tener en cuenta es la leche con la que está hecha el queso (vaca, oveja, cabra, etc.), si está cruda o pasteurizada, su grado de curación y si su textura es blanda o dura. La regla dicta que cuanto más graso sea un queso, más ácido tendrá que ser el vino que lo acompañe. Tampoco debemos olvidar que cuanto más duradero y pastoso sea el queso, el vino deberá tener más cuerpo.