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En 3 pasos: prepara unos ricos chipás con queso

Una receta que no lleva harina de trigo, ideal para los amantes del queso. Toma nota y aprende una gran receta apta para todo público.

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Preparar unos deliciosos chipá o también conocido como pan de queso, no es complicado. Esta es una gran receta, originarios del norte de Argentina y de muchas regiones de América, como en Brasil que se lo llama el pan de queso, una receta es muy fácil e ideal para compartir con los amigos que evitan las harinas, por alergias o celiaquía. 

Los chipás son panes de queso de origen guaraní hecho a base de almidón o harina de mandioca, queso duro, leche, huevos, manteca y sal. Se dice que su origen es el mbujape, un pan que cocinaban los indígenas guaraníes a base de mandioca rallada y se cocinaba envuelto en hojas de maíz o banana y jaguarundí, una planta autóctona. Existen diferentes versiones a lo largo del continente sudamericano siendo la argentina y paraguaya las más afamadas. 

Para preparar esta receta necesitarás un tipo de queso duro, utilizaremos fontina y si quieres puedes añadir queso rallado o algún otro tipo de queso que a ti te guste y quieras combinar. Pon manos a la obra y descubre cómo disfrutar de estos chipás.

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Ingredientes:

1/2 kg. de almidón de mandioca.

2 cucharaditas de sal.

1 cucharadita al ras de polvo de hornear.

150 gramos de mantequilla blanda.

1 taza de queso rallado.

4 huevos.

1/2 kg. de queso tipo Fontina o similar.

Pimienta negra de molinillo.

1/3 de taza de leche fría.

Opcional: unas gotitas de zumo y ralladura de naranja

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Paso a paso:

Tamizar el almidón de mandioca junto con la sal y el polvo de hornear. Hacer un hueco en el centro y colocar el queso cortado en daditos pequeños. Agregar el queso rallado, los huevos y la pimienta recién molida. Unir todos los ingredientes y agregar de a poco leche hasta formar un bollo pesado y de textura irregular por los daditos de queso. En una placa para horno enmantecada, vaya acomodando los panecillos que irá haciendo con la masa. Deben tener forma alargada o redonda de unos 4 cm. de diámetro. Una vez acomodados, con un cuchillo filoso hacerles dos cortes en la parte superior. Llevar a horno fuerte y apenas comiencen a dorarse, ya inflados, estarán listos.