La burrata es un espectacular queso fresco de leche de vaca de forma redonda, con un aspecto exterior muy similar al de la mozzarella en forma de bolsa con el característico cierre apical. En el interior, la textura es mucho más suave y filamentosa, similar a la del queso manteca. Este manjar de la cocina, es propio de la gastronomía de Italia.
En menos de dos minutos, puedes sorprender en la mesa con una receta de ensalada con burrata, tomate y rúcula aliñada con un original pesto casero de anacardos. Para garantizar el éxito de la receta, en cuanto a sabores y texturas, debes elegir una materia prima de calidad. El ingrediente principal del plato de esta semana es la burrata, un queso de origen italiano, al igual que lo es la mozzarella.
Esta particularidad de la burrata y la mozzarella es que ambos quesos son frescos y se pueden elaborar con leche de búfala o de vaca, sin embargo la burrata y la mozzarella son diferentes a nivel nutricional y también organoléptico. Por eso, no debemos mezclar los tantos en al pensar la receta de ensalada ya que no son los mismo.
La burrata contiene algo más grasa (unos 20 gramos por cada 100 de producto) que la mozzarella, y la mozzarella aporta algo más de proteínas (17 gramos por cada 100, frente a los 14 gramos por cada 100 de la burrata). Sin embargo ambas son opciones saludables. En cuanto a la textura, la burrata es compacta por fuera, al igual que la mozzarella, pero el interior es cremoso.
Dicho lo anterior, vamos a la receta con un paso a paso sencillo: Aliñamos la rúcula con un poco de aceite de oliva virgen extra, masajeamos las hojas y las colocamos en el plato de servir. Cortamos el tomate en rodajas no demasiado finas y emplatamos sobre la rúcula, en un lado en forma de abanico. Colocamos la burrata en el plato y la abrimos ligeramente pellizcando la parte superior. Añadimos el pesto de anacardos en el hueco de la burrata. Añadimos un punto de sal al conjunto y repartimos un poco de pesto en el resto del plato.