La Tarta Alaska también es conocida como Tortilla Noruega, Tortilla sorpresa o Baked Alaska, consiste en uno o varios helados del sabor que prefieras sobre una lámina de bizcocho fino que cubrimos de merengue para gratinar en el horno. ¡Pero no os preocupéis! El helado no se derretirá ya que merengue será el aislante y conseguirá que no se derrita con el calor del horno.
Aunque el origen no está del todo claro, el nombre se lo dio el Chef Francés del Restaurante Delmonico’s de Nueva York, Charles Ranhofer que elaboró esta tarta para celebrar la adquisición de Alaska por parte de Estados Unidos en 1867. El propósito de la tarta es imitar la nieve y el frío de dicha zona con el merengue y el helado.
Ingredientes de la Tarta Alaska
Para la tarta:
- 3 huevos
- 65 gr de harina
- 75 gr de azúcar
- 15 gr de cacao en polvo
- 2.5 litros de helado del sabor de tu elección
Para el merengue:
- 3 claras
- 300 gr de azúcar
- 1 cucharada de zumo de limón
¿Cómo hacer Tarta Alaska?
Para la tarta:
- Tamizamos el cacao y la harina juntos.
- Batimos los 3 huevos con el azúcar hasta que tripliquen su volumen.
- Añadimos la harina con cacao poco a poco y mezclamos para integrar.
- Cubrimos con papel para hornear un molde donde quepa el tazón que usarás para hacer la tarta.
- Vertemos la masa. Horneamos a 190º C durante 10 minutos. Comprobamos que está listo y dejamos enfriar.
- Cuando el bizcocho esté frío, cortamos un círculo del tamaño del tazón donde haremos la tarta.
- Forramos con film el interior del tazón y colocamos el helado. Si vamos a hacer una tarta con dos sabores, colocamos primero un litro de un sabor, metemos al congelador para que tome firmeza y pasados 10-15 minutos, colocamos el otro sabor.
- Colocamos el círculo de bizcocho encima del helado y lo regresamos al congelador por lo menos 3 horas.
Para el merengue:
- Colocamos una cacerola con agua en el fuego, para hacer un baño maría.
- Colocamos las claras y el azúcar en un tazón y lo ponemos en la cacerola.
- Batimos con unas varillas hasta que se disuelva el azúcar.
- Esperamos a que enfríe un poco y luego batimos a velocidad alta hasta tener un merengue bien firme y brillante.
- Sacamos la tarta del congelador y desmoldamos. Retiramos el film.
- Colocamos el merengue en una manga pastelera y cubrimos la tarta.
- Hacemos picos con ayuda de una espátula.
- Doramos ligeramente el merengue con un soplete ¡y listo!
Podéis guardar la tarta en el congelador hasta que llegue el momento de comerla.
Este es un postre muy llamativo y siempre es una sorpresa ver que está relleno de helado. El único límite en el sabor de esta tarta, es vuestra imaginación, podéis usar frutos rojos, cítricos, vainilla, chocolate e incluso podríais darle más color pintando el merengue con gel comestible.