El fuerte aumento en el coste de la electricidad ha condicionado nuestro día a día fuertemente. Acceder hoy a productos que dábamos por sentado que nunca escasearían es mucho más difícil y esta semana la noticia ha sido el hielo, debido a que los fabricantes han paralizado la producción por la alta demanda energética que demandan las maquinarias.
Dicho inconveniente ya está afectando a las grandes cadenas de supermercados españolas que no pueden llenar sus neveras de cubitos de hielo. Pero a no desanimar, que en caso de que se profundice esta escasez, siempre podemos echar mano a la fabricación casera de nuestro propio hielo.
Pero,¿cómo hacer cubitos rápido y fácil? Bueno, antes que nada, por más extraño que suene el primer tip, es que para hacerlos más rápido vamos a llenar nuestras cubeteras con agua caliente. Sí, caliente. Porque presenta más enlaces de hidrógeno que el agua fría y, por tanto, más energía, que se expulsa con mayor rapidez a una temperatura bajo cero.
Otro de los trucos es el de la botella de agua. Si llenamos una, la cubrimos con hielo (al que debemos echar un poco de sal por encima), esperamos que la temperatura baje a -8º y golpeamos la botella contra la mesa, el agua se congelara al instante. Ocurre gracias al fenómeno de la sobrefusión, un proceso que permite enfriar un líquido por debajo de su punto de congelación sin que se solidifique.
??Y el último, que te dejamos para que heches mano es el de la sal. Y esta se utiliza para que los cubitos duren más, podemos echarlos en un recipiente con agua y sal, mezclarlos bien y conservar ahí las bebidas, que también se mantendrán frías más tiempo. La combinación de agua y sal produce una reacción endotérmica, un fenómeno que absorbe energía: para que la sal se disuelva necesita calor, que extraerá de la botella o la lata, así que el frío de los hielos pasará más rápido al recipiente.