El limón es uno de los cítricos más consumidos en el mundo, tanto en tragos como comidas saladas o postres. Generalmente usamos la cascara del limón para tragos o preparaciones de pastelería y el zumo del jugo en todo lo que queramos darle ese toque acido, pero no es común que los consumamos juntos.
El zumo de limón tiene muchas propiedades curativas y beneficiosas para nuestro organismo. Podemos encontrar un alto contenido de vitamina C, y además otras vitaminas como A, B, K, D y E, también minerales, como calcio, fosforo, magnesio, manganeso, hierro, potasio, zinc y agua. Por otro lado en la cascara aporta fibra dietética, limonelo y flavonoides.
El zumo de limón ayuda a la digestión, aumenta la producción de saliva y jugos gástricos, disminuyendo el riesgo de disfunciones intestinales. Además previene espasmos y tiene propiedades antiparasitarias. Por su parte la cascara de limón promueve la eliminación de toxinas y reduce problemas como hinchazón intestinal y flatulencias.
El limón además ayuda a cuidar la salud cardiovascular. El zumo de limón contiene una gran cantidad de vitamina C que ayuda a mantener y cuidar el corazón. Si a eso le sumas el agua de la cascara de limón aumentas y potencias los compuestos beneficiosos ya que posee fibras que ayudan a disminuir los niveles de colesterol y presión arterial.
Para poder consumir el limón en su totalidad puedes hacerlo a través de un batido: Exprimes el jugo de un limón y lo colocas dentro de la batidora con ½ de agua. Por otro lado para consumir la cascara debes ponerla en un cazo con agua, allí la cascara largará sus propiedades. Mezclas en el batidor el agua, el zumo y agua de limón, y ya tienes tu batido lleno de nutrientes. Si quieres endulzarlo puedes usar miel o azúcar.